Crónica: Hábitat + Osezno en directo en Benidorm

No hay nada casual en la vida ni en las tierras circulares que uno anda y recorre... Hace casi un año salía a la luz esta revista con una crónica de un festival. Uno de los grupos que vimos fue Hábitat, entonces cuando nos enteramos del cartel que conformaban con los animales de Osezno, nos subimos a la furgo y cruzamos Andalucía para acercarnos a ese extraño lugar llamado Benidorm... Para los que recién llegan a nuestras crónicas, les contamos que nos centramos, además de en los detalles técnicos, en el espíritu de los que se suben a escena a luchar con el Metal. Nos centramos en la gana que le ponen a algo que vive entre el arte, la inconformidad con el entorno y, claro, la calidad. Pues bien, todas estas cosas las hemos tenido de sobra en este directo.

La cita era en la sala RocKstar muy bien ubicada, y con un rollo impresionante por parte de todo el personal. Así como muchas veces me quejo de cierta desidia, de cierto trato regular, esta vez han colaborado para que el espectáculo sea muy profesional, todo el staff del local ha puesto el hombro para formar parte activa de la presentación. El técnico de la sala, por ejemplo, aportó todo lo necesario para que las bandas se supieran cómodas a la hora de sonar. Lamentablemente la difusión hecha (tanto por el local, como por las bandas) no fue suficiente para conseguir una asistencia que llenara la sala. Ahí vamos de nuevo con el tema de preguntarnos dónde estaba la gente, hacía bastante que en esa zona no había un concierto de estas características y, la verdad, se esperaba otro tipo de respuesta. Pero más allá de esto, que no es un detalle, los grupos no dejaron que eso les afectara y se entregaron con un directo impecable y poderoso, con alma y calidad, justo lo que nosotros buscábamos. Pusieron mucho despliegue y poco artificio de cotillón barato: simplemente un grupo de tipos haciendo la música que les nace, que entregan como si fuera, cada canción, una breve puntada de algo más extenso.

Comenzó Hábitat, que sigue girando por España dando a conocer su propuesta compleja y trabajada a nivel lírico y musical, porque cuando suben a escena es como sin una leve bruma azul comenzara a envolver a las personas, una bruma que comienza a disiparse cuando conectan, cuando las palabras se hacen parte de un mensaje etérico que lo transmiten desde cada compás enérgico y lleno de efectos. La batería y el bajo trabajan juntos, y las guitarras entran sonando una tras otra, claro, pero también tienen su particularidad a la hora de componerse como parejas de la voz. Y ese es uno de los puntos fuertes de este grupo: en los directos de Hábitat podés centrarte en cualquiera de los integrantes, analizarlo como singularidad ajena al conjunto, escucharlo detenidamente (porque trabajan para eso) e identificar su rol en cada momento. No quiero decir con esto que va cada uno por su lado, todo lo contrario. Una metáfora manida sería decir que cada uno de los 5 integrantes se toman el tiempo de ser individuales, como los dedos de la mano, para luego cerrarse, hacer un puño y descargar 7 u 8 golpes que te dejan con sensaciones de haber presenciado un gran bolo de un Metal elaborado y pensado para una profunda llegada. Canciones como "Demasiado tarde", "Hábitat" y "Desde cero", por ejemplo, suman lo suficiente para que te vayas a comprar su disco y puedas encontrarte con un directo que representa lo mismo que está grabado, pero con ese plus que es tan complicado alcanzar a la hora de ponerse encima más de 600 kilómetros para tocar. Un par de incidentes con la correa del bajo hizo que fuera uno de esos shows que hay que luchar de principio a fin. Apunto que cerraron con nueva canción, "Arde", que muestra la versatilidad de la banda y su modo de componer: con mucha búsqueda y exploración en este género que no acepta etiquetas. Más metáforas manidas de mi parte, pero así me quedo luego de verlos, de escucharlos y de integrarme en su propuesta.

Entonces ocurrió Osezno, otro ejemplo de trabajo duro además de calidad: esa noche estaban dando su directo número 40, brutal, ¿no? Es una banda con las ideas muy claras a la hora de sonar, casi como un concepto que una noche decidieron hacer estallar en nuestras cabezas, con un mensaje que baja, te golpea y no te da opción a no pensar al menos un poco en tu vida y la sociedad. Es como una terapia de choque porque primero te deja catatónico, observando despliegue, odio, calidad técnica y momentos casi de virtuosismo. También podemos caer en otra comparación bastante simple pero, de verdad, son unos engranajes que funcionan como una jodida máquina de matar. El baterista es de los más contundentes que he escuchado, y no es solo porque le pega muy pero que muy fuerte a los parches; porque no alcanza con la fuerza bruta, sabe cómo explotar su poderío porque tiene versatilidad, ritmo y presencia. Para ser el integrante más reciente ha asimilado el mensaje muy pronto y eso ocurre cuando conectás con el proyecto. El guitarrista se come la escena con un show aparte y con unos punteos que parecen multiplicar su sonido, haciendo las veces de primera y segunda guitarra, coros y mucha diversión. El bajo tiene una ascendencia importante en cada canción, también un show aparte que sirve para catalizar cada fragmento de lo que está ocurriendo muy cerca tuyo. Y, por supuesto, el vocalista que transmite sin trucos ni demagogia cada verso como un zarpazo. Como nos ha dicho antes de comenzar tiene "Actitudes de zorro viejo en esto" para conformar el tándem que hace falta para que canciones como " Balas de fuego y sal" se conviertan en ese reposo que toman los animales salvajes antes de saltar al cuello de su presa.  Lo fundamental de este grupo es que saben perfectamente lo que quieren de sí mismos y lo sacan de la piel, lo exponen frente a quien sea; es como si te dijeran "Te damos 30 minutos de ventaja para que huyas, ya saldremos a por tí..." Y claro... no hay que correr, nunca, delante de un osezno furioso. Canciones como "Quién" y "Despierta"  son piedras angulares en su directo, y está la arista del mensaje profundo y casi revelador en "Esencia" o "Qué soy yo". Animales totémicos del rock n´core, como ellos se definen, al ir componiendo un concepto donde te dejan agotado y sabiendo que estás frente a un grupo hecho para grandes cosas, porque además de trabajo duro tienen una calidad que resalta dentro de una escena que a veces se repite, se copia y se reinventa.

Ha sido una noche donde ambos grupos se sentaron a la misma mesa para cenar, hablando el mismo idioma, dejando la piel en cada acorde, sumando más kilómetros para que el Metal se sienta vivo, rabioso, cabreado y sin dar el brazo a torcer frente a propuestas vacías, carentes de rebeldía e innovación. Mientras muchos se quedan horas ensayando su mirada feroz de zombi groupie de Cannibal Corpse, estos dos exponentes saben lo que son, y eso, en la vida, es lo único que te hace diferente al resto. ¿Vos de qué tipo sos?

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